jueves, 18 de febrero de 2021

Actividad 02 Ética, grado noveno. 1P

 Moral, inmoral y amoral.


En relación con la distinción que acabamos de hacer, conviene todavía aclarar dos  pares de conceptos:

Moral como opuesto a inmoral. Podemos decir que una conducta es moral o inmoral en relación con un determinado contenido, es decir, si se ajusta o no al contenido que se considera moralmente correcto. Por ejemplo, desde la moral del judaísmo se considera inmoral que un judío trabajara el sábado. En este caso, moral es sinónimo de bueno e inmoral, de malo.

 

Moral como opuesto a amoral. Un ser moral es aquel que tiene una estructura moral, es decir, la necesidad de elegir entre distintas posibilidades y justificar sus elecciones, el que tiene que elegir entre comportarse bien o mal, mientras que un ser amoral es el que carece de esta capacidad. Los seres humanos somos seres morales en este sentido, mientras que los animales y los robots son seres amorales, es decir, que actúan programados de tal forma que no se les puede pedir que sean responsables de sus actos.

La reflexión de la ética sobre la moral ha llevado a distinguir dos significados que nos ayudan a comprenderla: la moral como estructura y como contenido.  

Moral como estructura. Todas las personas tenemos una estructura moral porque a la hora de actuar hemos de elegir entre distintas posibilidades y justificar aquella que hemos elegido en relación con algún código moral, además de hacernos responsables de la elección.

Moral como contenido. Cuando cada uno de nosotros elige algo, tiene en cuenta un conjunto de normas, valores y principios que orientan la conducta y configuran un modo de vivir. Como podemos encontrar diversas maneras de vivir, podemos hablar de distintas morales. Según este significado, existen una moral occidental, cristiana, budista, esquimal, ecologista, etc. Los contenidos morales varían de una época a otra y de un grupo cultural a otro, pero eso no significa que todos los contenidos sean igualmente válidos.

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