viernes, 29 de mayo de 2020

Actividad 02, grado séptimo.

LIMITACIONES EN LA FAMILIA.



La Importancia de Establecer Límites sanos: Los seres humanos no nacen sabiendo cómo deben comportarse. Al contrario, nacen siendo inmaduros, impulsivos, insaciables y sin disciplina.

Es por esto que tienen a los padres — para que les enseñen lo que se espera de ellos, para establecer reglas y normas para el buen comportamiento y para definir y hacer cumplir las consecuencias de dicho comportamiento. Los adultos ‘consienten’ a los niños cuando no proveen este tipo de estructura.

Los límites y las normas son fundamentales porque:

ž  Otorgan a los niños sentimientos de seguridad y protección.

ž  Los niños van creando sus propios referentes y van adquiriendo unas pautas de lo que es y no es válido, lo cual les ayudará a ir conformando su propia escala de valores.

ž  Ayudan a lograr una convivencia más organizada y promueven el sentido del respeto hacia los demás y hacia uno mismo.

ž  Preparan a los niños para la vida en una sociedad que se rige por restricciones y obligaciones, que deberán aprender a cumplir, por el bien de todos.

ž  Ponen restricciones y límites al comportamiento de los niños y les ayudan a desarrollar, de forma progresiva, la tolerancia a la frustración, es decir la capacidad para poder asimilar el sentimiento de frustración que provocará el hecho de que no siempre les salgan las cosas como les gustaría.


¿Cómo establecer límites?

 

1.   Ser claro y específico. Los límites han de ser claros, específicos, sencillos y positivos. De esta manera se informa a los niños lo que se espera de ellos y cuándo. Así por ejemplo, si dices: después de comer, tira los restos de comida en el cubo de la basura, pon los platos sucios en el fregadero y quita el mantel, es probable que sepa exactamente lo que se espera que haga.

2.   Informar de las circunstancias en que se aplica: No juegues en la calle, no tenemos suficiente dinero, por eso hoy no hay helado, No vayas a casa de Juan hoy a la hora de la cena, están muy ocupados en su casa.

3.   Deben formularse de manera positiva. Deben informar de lo que hay que hacer, no de lo que no hay que hacer. Por ejemplo: cuando te sientes pon la espalda erguida, en lugar de no te sientes así corvado. Cuando un niño llega a estar irritado y actúa destructivamente, los padres tienen probabilidad de pensar primero en los límites negativos, por ejemplo, ¡no me hables de ese modo!, ¡no hagas daño a tu hermano!, ¡no tires las cosas! Los niños también necesitan límites positivos para ayudarles a tratar con sus emociones. Al lado de los NO HAGAS, un padre puede decir también: cuando te enfades dime cómo te sientes. Esto muestra al niño otro modo de manejar el enfado o irritación.

4.   Ser firme. Mostrarse amable pero firme, es una buena manera de que los niños muestren atención y sigan nuestras instrucciones: · Sostenerle quieto por los hombros mientras le das las instrucciones. · Mirarle directo a los ojos. · Hablarle de una manera clara y con un tono firme. · Deja que tu rostro parezca serio mientras le hablas. · Insistir en ser atendido y obedecido a una instrucción razonable.

5.   Ser consistente. Los límites deben hacerse cumplir de manera consistente, es decir, deben cumplirse siempre que las circunstancias sean las mismas.

Las reglas deben de ser: Claras, Realistas, coherentes. Y se dividen en:

a.   Fundamentales, deben de ser pocas, ejemplo: agresiones a los hermanos y padres, de respeto., no se pueden negociar.

b.   Importantes: poco numerosas y claras. Ejemplo: Hora de llegada a casa, a veces se pueden negociar. 

c.   Accesorias: tareas en el hogar, ejemplo: Hacer la cama todos los días. Se pueden negociar.

Castigo: Se define como castigo la presentación de una consecuencia negativa que sigue una conducta y que disminuye la probabilidad de que esa conducta vuelva a repetirse.

Se puede utilizar el castigo si se hace adecuadamente, es decir, siempre y cuando:

ž  No sea el método exclusivo para el aprendizaje de las normas.

ž  No implique humillación ni descalificación de los hijos y buscando el momento y el lugar adecuado.

ž  Se concrete con exactitud el motivo por el que se castiga para propiciar así la posibilidad de subsanar el error.

ž  Se aplique lo más inmediatamente posible a la aparición de la conducta a eliminar.

ž  Se elija un castigo proporcional a la magnitud del comportamiento problema.

ž  Se elija el castigo en función del momento evolutivo de los hijos.

Cómo fomentar la responsabilidad: Esto requiere un conjunto de estrategias y habilidades que la persona va desarrollando a lo largo de su vida. Ser responsable supone:


J  Conocer y practicar las normas familiares.

J  Tener suficientes habilidades de autocontrol.

J  Disponer de autonomía suficiente para tomar decisiones propias, conociendo las consecuencias tanto positivas como negativas de las mismas.

J  Plantearse objetivos estables, concretos, bien delimitados y asequibles.

J  Estar motivados para conseguir los objetivos que cada uno se propone.

 

BIBLIOGRAFÍA

Disponible en: http://cincoradio.com.mx/noticia/limites-en-la-familia



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viernes, 22 de mayo de 2020

Previo de ética, séptimo.

miércoles, 20 de mayo de 2020

Previo ética y religión, grado Once.

Ética de las profesiones

(…) Conviene recordar, en principio, que una profesión es un tipo de actividad social, a la que se han atribuido desde Max Weber un buen número de características, de las que aquí destacaremos únicamente las siguientes:
1. Se trata de una actividad que presta un servicio específico a la sociedad de una forma institucionalizada. El servicio ha de ser indispensable para la producción y reproducción de la vida humana digna, como se echa de ver en el hecho de que personal sanitario y docentes, juristas, ingenieros, arquitectos, empresarios o economistas y un largo etcétera sean imprescindibles, no sólo para mantener la vida humana, sino para promover una vida de calidad.
2. La profesión se considera como una suerte de vocación, lo cual no significa que alguien se sienta llamado a ellas desde la infancia, sino que cada profesión exige contar con unas aptitudes determinadas para su ejercicio y con un peculiar interés por la meta que esa actividad concreta persigue. Sin sensibilidad hacia el sufrimiento de la persona enferma, sin preocupación por transmitir el saber y formar en la autonomía, sin afán por la justicia, mal se puede ser un buen médico, enfermera, docente, jurista. Y así podríamos seguir con las, restantes profesiones.
3. El profesional, al ingresar en su profesión se compromete a perseguir las metas de esa actividad social, sean cuales fueren sus móviles privados para incorporarse a ella.
Y, en este sentido, creo que llevan razón algunos filósofos de inspiración aristotélica cuando recuerdan que las actividades sociales ya tienen unas metas precisas, por las que cobran su sentido y legitimidad social. Que cada actividad profesional -diría yo- justifica su existencia por perseguir unos bienes internos a ella, bienes que ninguna otra puede proporcionar. Transmitir conocimientos y educar en la autonomía es el bien de la docencia; ampliar la información de los ciudadanos y proporcionarles opiniones diversas es el de la actividad informativa; prevenir la enfermedad, cuidar y curar es el bien de las profesiones sanitarias; trabajar por una convivencia más justa debería ser la meta de los juristas en sus diferentes dedicaciones. Metas todas ellas que empiezan a borrarse del horizonte cuando, por poner un ejemplo, dice el abogado al cliente que entra en su despacho: "Si lo que usted busca es una solución justa al problema, ha errado el camino; aquí no vamos a tratar de justicia, sino de sacar lo que podamos". ¿Y qué sentido tiene, a fin de cuentas, una profesión si no prorporciona los bienes sociales que la legitiman?
Naturalmente, quien ingresa en una profesión puede tener motivos muy diversos para hacerlo: desde costearse una supervivencia digna hasta enriquecerse, desde cobrar una identidad social a conseguir un cierto o un gran prestigio. Pero, sea cual fuere su motivo personal, lo bien cierto es que, al ingresar en la profesión, debe asumir también la meta que le da sentido. No puede un médico o una enfermera justificar su negligencia ni un abogado sus trampas alegando que, a fin de cuentas, entraron en este mundillo por ganar dinero y no por promover la salud o por hacer posible una convivencia más justa.
Los motivos -conviene recordarlo- sólo se convierten en razones cuando concuerdan con las metas de la profesión. Y no puede una comisión universitaria dar la plaza a quien tiene menos méritos que otros alegando que "es el de la casa", ni puede quien valora proyectos o peticiones de beca poner notas bajas a quienes no son "de los suyos". Los motivos individuales no son razones, no se convierten en argumentos si no tienen por base las exigencias de la meta profesional.
Cuando los motivos desplazan a las razones, cuando la arbitrariedad impera sobre los argumentos legítimos, se corrompe una profesión y deja de ofrecer los bienes que sólo ella puede proporcionar y que son indispensables para promover una vida humana digna. Con lo cual pierde su auténtico sentido y su legitimidad social.
Por eso importa revitalizar las profesiones, recordando cuáles son sus fines legítimos y qué hábitos es preciso desarrollar para alcanzarlos. A esos hábitos, que llamamos "virtudes", ponían los griegos por nombres "aretai", "excelencias". "Excelente" era para el mundo griego el que destacaba por respeto a sus compañeros en el buen ejercicio de una actividad. "Excelente" sería aquí el que compite consigo mismo para ofrecer un buen producto profesional, el que no se conforma con la mediocridad de quien únicamente aspira a eludir acusaciones legales de negligencia.
Frente al "ethos burocrático" de quien se atiene al mínimo legal pide el "ethos profesional" la excelencia, porque su compromiso fundamental no es el que le liga a la burocracia, sino a las personas concretas, a las personas de carne y hueso, cuyo beneficio da sentido a cualquier actividad e institución social. Es tiempo, pues, no de despreciar la vida corriente, sino de introducir en ella la aspiración a la excelencia.
Texto de Adela Cortina.
Tomado de: https://elpais.com/diario/1998/02/20/opinion/887929205_850215.html

lunes, 18 de mayo de 2020

jueves, 7 de mayo de 2020

Actividad 02, grado sexto.

Mi Familia es Guerrera.


Al leer este título pueden llegar muchas cosas a nuestra mente; alguno puede pensar en las peleas o discusiones que se generan dentro de la misma; otra persona puede decir que los familiares son militares, etc. Sin embargo, es bueno pensar que en nuestras familias tenemos enemigos comunes que nos pueden generar varios inconvenientes bastante desagradables. Estos enemigos, que se han venido dando en este tiempo de pandemia son: El aburrimiento, la irritación, el malgenio, la discordia, entre otros. Como guerreron luchamos contra estos terribles males con cosas tan sencillas como la unión, la risa, la entretención, el estudio, el juego, compartir en familia, la cocina, el diálogo, el perdón, etc. 

Trabajo a realizar: 
  • Por medio del vínculo que estará al final de este mensaje se abrirá un archivo de presentación en una nueva página.
  • Al abrir el vínculo cada estudiante editará una dispositiva con el número que corresponde a la lista (que también estará al final de este mensaje).
  • En la diapositiva que le corresponde a cada estudiante, cada uno agregará su foto familiar, al lado de un mensaje que ayude a entender porqué la familia es guerrera. Ejemplo: Mi familia es guerrera cuando se pone a jugar al escondite, con este juego combatimos el aburrimiento.
  • La imagen puede ser la misma que enviaron anteriormente, o una imagen que muestre lo que dice el mensaje.
Vínculo: https://docs.google.com/presentation/d/1jP-IsBGQdsaJZbt19w9VnqsKqTIRNjZD6_NLdylSD1A/edit?usp=sharing

2AMADO RUEDA ANDRÉS FELIPE
3BEDOYA CASTAÑEDA CAMILO ANDRÉS
4CASTELLANOS BRAN JUAN FELIPE
5COGOLLO BORRAY JACOBO ANDRÉS
6DIAZ PARRA MAIKOL YESID
7FIERRO ORTIZ ASHLY SOFÍA
8FRANCO AGUILAR MARIANA
9GRISALES CAÑAS SAMANTHA VALENTINA
10GRISALES VILLALOBOS THALIANA
11HERNÁNDEZ ORTIZ SANTIAGO
12JIMENEZ MUÑOZ JUAN DIEGO
13MARTINEZ OQUENDO MARÍA GABRIELA
14NAVARRO REYES SAMUEL
15PATIÑO ANGARITA JUAN DIEGO
16RAMÍREZ BECERRA SAMUEL SANTIAGO
17RODRIGUEZ ORTIZ MARIA PAULA
18RUEDA ACEVEDO ANDREA CAROLINA
19RUEDA SALAZAR JUAN PABLO
20TOLOZA TAMAYO SANTIAGO
21VÉLEZ NÚÑEZ ÁNGEL DAVID
 

Actividad 02, grado once

Actividad de trabajo colaborativo de grado Once.



Los estudiantes de grado once realizarán un trabajo colaborativo en el que incluirán la información consultada sobre las iglesias cristianas católicas y no católicas de la ciudad de Barrancabermeja, con el fin de conocer las distintas manifestaciones cristianas más comunes en el municipio para crear conciencia de respeto en los estudiantes hacia los creyentes que muestran su fe en sus distintas formas y doctrinas.

Por medio del siguiente vínculo se abrirá un archivo en word que va a ser editado por los estudiantes con la información consultada:

sábado, 2 de mayo de 2020

Actividad 02, grado Noveno.

La ética exige libertad

✅ Frases y citas célebres de Fernando Savater 📖

«Voy a contarte un caso dramático. Ya conoces a las termitas, esas hormigas blancas que en África levantan impresionantes hormigueros de varios metros de alto y duros como la piedra. Dado que el cuerpo de la termitas es blando, por carecer de la coraza quitinosa que protege a otros insectos, el hormiguero les sirve de caparazón colectivo contra ciertas hormigas enemigas, mejor armadas que ellas. Pero a veces uno de esos hormigueros se derrumba, por culpa de un riada o de un elefante (a los elefantes le gusta rascarse los flancos contra los termiteros, qué le vamos a hacer). En seguida, las termitas-obrero se ponen a trabajar para reconstruir su dañada fortaleza, a toda prisa. Y las grandes hormigas enemigas se lanzan al asalto. Las termitas-soldado salen a defender a su tribu e intentan detener a las enemigas. Como ni por tamaño ni por armamento pueden competir con ellas, se cuelgan de las asaltantes intentando frenar todo lo posible su marcha, mientras las feroces mandíbulas de sus asaltantes las van despedazando. Las obreras trabajan con toda celeridad y se ocupan de cerrar otra vez el termitero derruido... pero lo cierran dejando fuera las pobres y heroicas termitas-soldado, que sacrifican sus vidas por la seguridad de las demás. ¿No merecen acaso una medalla, por lo menos? ¿No es justo decir que son valientes?

Cambio de escenario, pero no de tema. En la Ilíada, Homero cuenta la historia de Héctor, el mejor guerrero de Troya, que espera a pie firme fuera de las murallas de su ciudad a Aquiles, el enfurecido campeón de los aqueos, aun sabiendo que éste es más fuerte que él y que probablemente va a matarle. Lo hace por cumplir su deber, que consiste en defender a su familia y a sus conciudadanos del terrible asaltante. Nadie duda de que Héctor es un héroe, un auténtico valiente. Pero ¿es Héctor heroico y valiente del mismo modo que las termitas-soldado cuya gesta millones de veces repetida ningún Homero se ha molestado en contar? ¿No hace Héctor, a fin de cuentas, lo mismo que cualquiera de las termitas anónimas? ¿Por qué nos parece su valor más auténtico y más difícil que el de los insectos? ¿Cuál es la diferencia entre un caso y otro?

Sencillamente, la diferencia estriba en que las termitas-soldado luchan y muere porque tienen que hacerlo, sin poderlo remediar (como la araña que se come a la mosca). Héctor, en cambio, sale a enfrentarse con Aquiles porque quiere. Las termitas-soldado no pueden desertar, ni rebelarse, ni remolonear para que otras vayan en su lugar: están programadas necesariamente por la naturaleza para cumplir su heroica misión. El caso de Héctor es distinto. Podría decir que está enfermo o que no le da la gana enfrentarse a alguien más fuerte que él. Quizá sus conciudadanos le llamasen cobarde y le tuviesen por un caradura o quizá le preguntasen qué otro plan se le ocurre para frenar a Aquiles pero es indudable que tiene la posibilidad de negarse a ser héroe. Por mucha presión que los demás ejerzan sobre él, siempre podría escaparse de lo que se supone que debe hacer: no está programado para ser héroe, ningún hombre lo está. De ahí que tenga mérito su gesto y que Homero cuente su historia con épica emoción. A diferencia de la termitas, decimos que Héctor es libre y por eso admiramos su valor. (...)

     En resumen: a diferencia de otros seres, vivos o inanimados, los hombres podemos inventar y elegir en parte nuestra forma de vida. Podemos optar por lo que nos parece bueno, es decir, conveniente para nosotros, frente a lo que nos parece malo e inconveniente. Y como podemos inventar y elegir, podemos equivocarnos, que es algo que a los castores, las abejas y las termitas no suele pasarles. De modo que parece prudente fijarnos bien en lo que hacemos y procurar adquirir un cierto saber vivir que nos permita acertar. A ese saber vivir, o arte de vivir si se prefiere, es a lo que llamamos ética

Contenido tomado de: Filópolis, http://www.xtec.cat/~lvallmaj/biblio/savate21.htm

Actividad en clase:

Como comentario a este texto, escriba lo que entiende por libertad desde lo que plantea este texto y lo que mostró el video de la clase anterior.

Actividad 02, Grado Octavo.

Lineamientos para esta clase:




1. Debe tener una cuenta de google.
2. Con esta misma cuenta se registra en educaplay.
3. Desde Educaplay ingrese el pin para asumir el reto de la sopa de letras de esta clase. 
4. Cada estudiante debe revisar su puntuación para determinar su nota.
5. Luego, desde su cuenta todos los estudiantes deben hacer su propia sopa de letras con base en el tema: "La familia comunica vida y nos enseña a relacionarnos".
6. Se harán en pareja para retarse entre ellos. 



La familia al servicio de la vida
Es en la familia donde los hijos aprenden a ser personas, a relacionarse respetuosamente con los demás.

La familia es la pequeña comunidad que inicia al niño en la convivencia, que lo educa en el amor y para el amor, llevándolo a la maduración en las relaciones con el mundo y las demás personas.

El fin fundamental de la familia es el servicio a la vida, como don valioso confiado por Dios, al ser humano. “Este servicio no se reduce a la sola procreación sino que es ayuda eficaz para transmitir y educar en valores auténticamente humanos y cristianos”.

En ella se cultiva la vida humana en todas sus dimensiones: humana, biológica, afectiva, espiritual.

En medio de tantos conflictos entre muerte y vida, la familia está obligada a participar con responsabilidad en la formación de las nuevas generaciones, en la construcción de la civilización del amor, el respeto, la tolerancia.

Es en la familia, donde el hijo, futuro ciudadano, aprende que debe tener disciplina en su vida, entregarse a los otros especialmente al más necesitado, a amar desinteresadamente, a vivir la comunión y la participación con todos, a apoyar y colaborar con el bien en la sociedad para poder construir una vida sana y según el Plan de Dios.


Amenazas contra la vida


En nuestra sociedad vemos cómo hoy la vida está amenazada. Con mucha frecuencia escuchamos que la vida no vale nada y entre tantas amenazas resaltamos las siguientes:
• Actitudes de odio y violencia, agresiones, guerras, genocidios y masacres.
• Comercio escandaloso de armas que favorecen los conflictos armados.
• Desajustes en el equilibrio ecológico.
• Criminal difusión de las drogas.
• Modelos de prácticas sexuales inmorales portadoras de gran riesgo para la vida.
• El aborto, la eutanasia.
• Las técnicas de reproducción artificial que dan pie a nuevos atentados contra la vida.
• La eliminación de niños deformes y minusválidos, algunos ancianos y enfermos terminales.
• La anticoncepción y la esterilización.
• Maltrato y prostitución infantil.
• Desintegración familiar por carencia de afecto.



La familia comunicadora de valores


En la familia se aprende a amar la vida, el valor de la vida en sociedad. Se aprende el valor de sí mismo; a valorar el trabajo. En la familia se educa en la fe.
Ella es la transmisora de aquellos valores de una sociedad nueva como son:
• El amor a la vida y la defensa de la misma
• La reciprocidad de los sexos como seres complementarios
• La serenidad en las dificultades.
• La capacidad de afrontar los problemas y conflictos.
• La coherencia entre la fe y la vida.
• La honestidad en todas las circunstancias.
• La verdad y el respeto por la fama del prójimo.
• La justicia y la solidaridad.
• El compromiso con el país.
• El trabajo honesto.
• La búsqueda y el trabajo por la paz.
• El espíritu democrático y la participación política.