viernes, 10 de julio de 2020

Actividad 01 Ética, grado séptimo.

Manifestaciones de afecto en mi comunidad educativa.

Los seres humanos no somos indiferentes al medio ambiente en que vivimos, sino que el clima, los paisajes, los animales, las plantas, los objetivos y el resto de las personas, despiertan en nosotros emociones o sentimientos diferentes, como son: amor, alegría, admiración, placer, aburrimiento, ira, odio, miedo, tristeza, venganza, dolor.

Es importante que aprendamos a controlar nuestras emociones, porque de esta manera seremos capaces de relacionarnos mejor con nuestros semejantes; pero esto no quiere decir que dejemos de manifestar nuestros sentimientos.

Las concepciones machistas han difundido algunas normas, según las cuales, a los varones no les está permitido manifestar emociones tales como: el dolor, el llanto, el miedo y hasta el amor. Un niño, por ejemplo, supuestamente está obligado a soportar el dolor sin gritar ni llorar, o tiene que reprimir el miedo ante algo que lo asusta, o evitar manifestaciones de cariño hacia otras personas de su mismo sexo, etc.

No existe razón para impedir que nuestras emociones sean conocidas por los demás, por el contrario, esto puede dáñanos psicológicamente y privarnos del apoyo de otras personas.

Si alguien nos ofende, una reacción descontrolada sería agredirle. La persona que es capaz de dominarse, exige respeto, sin necesidad de perder su compostura.

Tomando en consideración la importancia que tiene la necesidad de amor en el ser humano, es conveniente que aprendamos a manifestar el afecto que sentimos hacia los demás. Reprimir el amor es convertirnos en personas secas, carentes de afectividad.

Cuando una persona no logra realizar sus aspiraciones, sufre una frustración o insatisfacción por el fracaso, lo cual suele producir, en algunas personas, tristeza, ira o cualquier otra emoción negativa. Algunas personas que carecen de control emocional, cuando se frustran, reaccionan tan violentamente que pueden llegar a agredir a otros, llegando a ser, en casos extremos, un peligro para la sociedad.

A través de la educación basada en la formación de valores éticos, es posible alcanzar el equilibrio necesario para no dejarnos dominar por las emociones. 

El afecto que expresamos y recibimos no se da solo en la familia, también en la institución educativa encontramos manifestaciones entre quienes la conforman. Para un joven como tú, el colegio es un espacio interesante, que atrae con mucha frecuencia, no tanto por ser un centro de formación sino porque es el lugar privilegiado de socialización en el que nos sentimos a gusto en medio de compañeros, amigos, maestros, padres y demás personas que comparten este mismo espacio. 

En el colegio compartimos juegos, diversiones, conversaciones, que hacen de la vida juvenil algo maravilloso. De nuestros compañeros y compañeras, recibimos afecto, apoyo, respaldo y en algunas ocasiones nos guardan la espalda ante las travesuras que hacemos. Todo esto hace que el ambiente escolar resulte agradable.

También directivas y maestros recibimos afecto. Este lo sentimos cuando nos vemos estimulados, cuando nos tienen en cuenta para tomar decisiones y cuando vemos que nuestra opinión cuenta porque nos tienen confianza.

El ambiente de la comunidad educativa se hace agradable cuando hay ayuda mutua, alegría, y lucha conjunta por el bienestar de todos. 

Así como yo recibo afecto de los demás, también estoy llamado a brindarlo a quienes me rodean, es decir, que soy igualmente responsable de crear un clima de armonía estudiantil. 

Webgrafía: https://www.enciclopediadetareas.net/2010/07/importancia-de-las-manifestaciones-de.html


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