martes, 28 de julio de 2020

Quiz 01 Ética, grado noveno.

La ciudadanía en la antigua Roma: la tradición jurídica.


La ciudadanía, para los antiguos romanos, consistía sobre todo en el reconocimiento legal de algunas personas como miembros de pleno derecho de la República y, más tarde, del Imperio. Esto significaba que el ciudadano era aquel que gozaba de la protección jurídica otorgada por las leyes y las instituciones.

Sin embargo, el civis latino es distinto del polités griego: el ciudadano griego era sobre todo un sujeto activo al que se le exigían responsabilidades de gobierno, mientras que en Roma se entendía como un título jurídico que le permitía a la persona reclamar ciertos derechos.

Algunas restricciones de la ciudadanía en la antigüedad.

Aunque es importante destacar el papel fundamental que desempeñó la antigua construcción de ciudadanía sobre la ciudadanía moderna, vale la pena señalar al menos tres limitaciones que tenían los modelos griego y romano.

  • Se trataba de una ciudadanía excluyente, no inclusiva. Esto significa que eran ciudadanos solamente los varones adultos que reunían algunos requisitos exigido por las leyes, quedando siempre excluidos las mujeres, los niños, los extranjeros residentes y los esclavos. En consecuencia, la inmensa mayoría de la población carecía del estatuto de ciudadanía.
  • No había igualdad entre los seres humanos. Solo se consideraban “libres e iguales” los miembros de la comunidad política que tuvieran la condición de ciudadanos.
  • La condición de ciudadano proporcionaba ciertos derechos de participación política, pero los derechos individuales no estaban suficientemente protegidos frente a posibles abusos de las autoridades.

No hay comentarios: