lunes, 2 de agosto de 2021

Actividad 03 Ética, grado octavo. 3P

DIFICULTAD Y FRACASO EN LAS RELACIONES INTERPERSONALES.



Una relación interpersonal es una interacción recíproca entre dos o más personas. Se trata de relaciones sociales que, como tales, se encuentran reguladas por las leyes e instituciones de la interacción social.

En toda relación interpersonal interviene la comunicación, que es la capacidad de las personas para obtener información respecto a su entorno y compartirla con el resto de la gente. El proceso comunicativo  está formado por la emisión de señales (sonidos, gestos, señas) con el objetivo de dar a conocer un mensaje. La comunicación exitosa requiere de un receptor con las habilidades que le permitan decodificar el mensaje e interpretarlo. Si algo falla en este proceso, disminuyen las posibilidades de entablar una relación funcional.

Hay que tener en cuenta que las relaciones  interpersonales nos permiten alcanzar ciertos objetivos necesarios para nuestro desarrollo en una sociedad, y la mayoría de estas metas están implícitas a la hora de entablar lazos con otras personas. Sin embargo, es también posible utilizarlas como un medio para obtener ciertos beneficios, tales como un puesto de trabajo; incluso en esos casos, existen más razones que el mero interés material, aunque suelen ignorarse a nivel consciente.

Por eso, los psicólogos  insisten en que la educación emocional es imprescindible para facilitar actitudes positivas ante la vida, que permiten el desarrollo de habilidades sociales, estimulan la empatía y favorecen actitudes para afrontar conflictos, fracasos y frustraciones. La intención es promover el bienestar social.

La comunicación ha cambiado considerablemente en las últimas décadas, debido principalmente a las posibilidades que ofrece Internet. Tomando en cuenta simplemente su impacto en las relaciones interpersonales, se ha visto un abandono cada vez mayor del contacto presencial en pos de encuentros virtuales. En los años 90 y principios de la década del 2000 las aplicaciones de chat constituían el medio más usado para alcanzar dicho objetivo, y en muchos aspectos resultaba más práctico que el teléfono, especialmente para conversaciones largas e interrumpidas frecuentemente.

Al día de hoy, la mayoría de la gente vive de acuerdo al modelo “siempre conectados”, que consiste en un acceso transparente a los servicios de comunicación e información, sin necesidad de ejecutar programas, y con un nivel muy alto de compatibilidad entre los diferentes tipos de datos, para minimizar el trabajo por parte del usuario. Un smartphone es capaz de mantenerse permanentemente conectado a una lista de contactos, de decodificar un mensaje de texto para encontrar números de teléfono y ofrecer la posibilidad de agendarlos automáticamente o direcciones de Internet para poder acceder a ellas con sólo tocarlas, y de realizar llamadas con vídeo, entre otras muchas bondades.

Dichas funciones no sólo representan avances tecnológicos inimaginables para los consumidores hace tan sólo veinte años, sino que han abierto las puertas a un nivel de comunicación muy sofisticado. Sin lugar a dudas, esto tiene sus consecuencias positivas y negativas, según se aproveche. Con respecto al primer grupo, hoy más que nunca es posible compartir conocimientos de todo tipo con las demás personas, sea que se esté hablando de arte y se envíen enlaces a fotografías de las obras de un determinado autor, o de geografía y se utilicen los mapas interactivos como referencia, o bien de idiomas y se haga uso de las innumerables herramientas de estudio presentes en Internet, tales como diccionarios y foros de consulta.

Hay muchos más aspectos positivos, tales como la posibilidad de ver a un ser querido a través de un monitor y poder hablar con él en cualquier momento, sintiendo que se acortan las distancias físicas. Los negativos, por otro lado, giran en torno a un uso desmedido de la tecnología y con el mero objetivo de pasar el tiempo, desaprovechando los recursos que ofrece y dejando de lado el contacto con otros seres vivos.

Mensaje: “Una Palabra”

 Una palabra cruel puede destruir una vida.

 Una palabra amarga puede crear odio.

 Una palabra brutal puede golpear y matar.

 Una palabra agradable puede suavizar el camino.

 Una palabra alegre puede iluminar el día.

 Una palabra dicha con amor y cariño puede bendecir.

 Una palabra tierna puede levantar muchas esperanzas.

 Una palabra puede darnos mucho y quitarnos todo.

Una palabra esa es la que tanto necesitamos para abrazarnos.  

Y Una palabra es AMOR entre todos los seres del universo.

EL CHISME ENTORPECE LAS RELACIONES

Las relaciones son el eje de la formación de las persona. En estas relaciones influye la comunicación llena de respeto entre sus diferentes miembros porque debemos pensar no solo en el yo, sino en el nosotros y en los que nos rodean.

El chisme divide, destruye y acaba con la fama de las personas sin importar su condición, edad, clase social, parentesco, etc. causando graves consecuencias cuando damos cabida a todas las habladurías y murmuraciones.

Por causa del chisme se pierde la confianza, el respeto y se fomenta un clima de hostilidad, se crean rivalidades y diferencias.

¿QUE ES EL CHISME?

El chisme es una información que se da sin ninguna objetividad precisa, lleva a crear conflictos y distanciamiento entre las personas. Lo más grave del chisme es que no tiene autor conocido, nadie reclama la paternidad de la crítica calumniosa, éste oscila entre la impunidad.


LEYES DEL CHISME:

Dentro del chisme existen algunas leyes, estas son:

- Nunca sabes cuánta gente está hablando a tus espaldas.

- No puedes darte cuenta del increíble alcance de esa manera de información.

- Como el chisme se esparce de amigos a simples relacionados y luego a gente que ni te conoce, el asunto crece curiosamente, con una calidad gráfica contundente. Más allá de los hechos surgen impresiones, de lo que todo el mundo supone la pura verdad.


EL CHISMOSO:


El chismoso es una persona especial, maquiavélica, creativa, ingeniosa, siempre complementa con su tenebrosa ficción lo que cree y siente; lo que cree que le hace falta a la realidad o hecho. Todos los conocemos. Ellos tiran la piedra y esconden la mano. Son fácilmente identificables, huelen a conflictos. Por lo general su acción comienza con la idea de que ”te voy a contar, pero no me metas en problemas”.


Los chismosos están en todas partes, tienen la capacidad de esclarecer los más oscuros misterios, sabe todo de todos.


CLASES DE CHISMOSOS

Generalmente no se encuentran puros, hay quienes reúnen en su actuar varias clases a la vez. Pero comúnmente, todos tiran la piedra y esconden la mano.

- El chismoso colador: Es aquel que depura y exprime el suceso hasta dejar lo más sustancioso, lo chismeable.

- El chismoso elitista: Se ufana de que sólo maneja chismes de los altos niveles sociales, del poder político, religioso, militar o económico.

- El chismoso David: es capaz de derribar a un gigante con un pequeño chisme bien colocado.

- El chismoso sofisticado: Aprovecha la reunión social para ejercer el chisme despiadado.

- El chismoso Chapulín: El que dice los chismes “sin querer diciendo”.

- El chismoso Clásico: Te expone ante las masas, te descuartiza, te enjuicia, te condena y después se lava las manos.

- El chismoso Yanki: Posee satélites, sistema de espionaje, colaboración a lo largo y ancho de su entorno social y mucho más allá.


POSIBLES SOLUCIONES

Huir del chisme y los chismosos, no prestar atención, fomentar la confianza, rechazar amistades que involucren en sus cuentos, respetar la fama de las personas y tratar de enmendar las faltas cometidas, pueden ser algunos remedios que si bien no son tan eficientes, algo pueden iluminar nuestro pensar y actuar.


Lo que sí es de gran eficacia es el diálogo como elemento constructivo que permite aclarar dudas y devolver la confianza rota por la cizaña que otros han fomentado malintencionadamente.

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