DIFICULTAD Y FRACASO
EN LAS RELACIONES INTERPERSONALES.
Una relación interpersonal es
una interacción recíproca entre
dos o más personas.
Se trata de relaciones
sociales que, como tales, se encuentran reguladas por las leyes e instituciones
de la interacción social.
En toda
relación interpersonal interviene la comunicación, que es la capacidad de las personas para
obtener información respecto a su entorno y compartirla con el resto de la
gente. El proceso comunicativo
está formado por la emisión de señales (sonidos, gestos, señas) con el objetivo
de dar a conocer un mensaje. La comunicación exitosa requiere de un receptor
con las habilidades que le permitan
decodificar el mensaje e interpretarlo. Si algo falla en este proceso,
disminuyen las posibilidades de entablar una relación funcional.
Hay que
tener en cuenta que las relaciones interpersonales nos
permiten alcanzar ciertos objetivos necesarios para nuestro desarrollo en una sociedad, y la
mayoría de estas metas están implícitas a la hora de entablar lazos con otras
personas. Sin embargo, es también posible utilizarlas como un medio para
obtener ciertos beneficios, tales como un puesto de trabajo; incluso en esos
casos, existen más razones que el mero interés material, aunque suelen
ignorarse a nivel consciente.
Por eso,
los psicólogos
insisten en que la educación emocional es
imprescindible para facilitar actitudes positivas ante la vida, que permiten el
desarrollo de habilidades sociales, estimulan la empatía y favorecen actitudes
para afrontar conflictos, fracasos y frustraciones. La intención es promover el
bienestar social.
La
comunicación ha cambiado considerablemente en las últimas décadas, debido
principalmente a las posibilidades que ofrece Internet. Tomando en cuenta
simplemente su impacto en las relaciones interpersonales, se ha visto un
abandono cada vez mayor del contacto presencial en pos de encuentros virtuales.
En los años 90 y principios de la década del 2000 las aplicaciones de chat constituían
el medio más usado para alcanzar dicho objetivo, y en muchos aspectos resultaba
más práctico que el teléfono, especialmente para conversaciones largas e
interrumpidas frecuentemente.
Al día de
hoy, la mayoría de la gente vive de acuerdo al modelo “siempre conectados”, que
consiste en un acceso transparente a los servicios de comunicación e información, sin necesidad de ejecutar
programas, y con un nivel muy alto de compatibilidad entre los diferentes tipos
de datos, para minimizar el trabajo por parte del usuario. Un smartphone es
capaz de mantenerse permanentemente conectado a una lista de contactos, de
decodificar un mensaje de texto para encontrar números de teléfono y ofrecer la
posibilidad de agendarlos automáticamente o direcciones de Internet para poder
acceder a ellas con sólo tocarlas, y de realizar llamadas con vídeo, entre
otras muchas bondades.
Dichas
funciones no sólo representan avances tecnológicos inimaginables para
los consumidores hace tan sólo veinte años, sino que han abierto las puertas a
un nivel de comunicación muy sofisticado. Sin lugar a dudas, esto tiene
sus consecuencias positivas y
negativas, según se aproveche. Con respecto al primer grupo, hoy más que
nunca es posible compartir conocimientos de todo tipo con las demás personas,
sea que se esté hablando de arte y se envíen enlaces a fotografías de las obras
de un determinado autor, o de geografía y se utilicen los mapas interactivos
como referencia, o bien de idiomas y se haga uso de las innumerables
herramientas de estudio presentes en Internet, tales como diccionarios y foros
de consulta.
Hay muchos
más aspectos positivos, tales como la posibilidad de ver a un ser querido a
través de un monitor y poder hablar con él en cualquier momento, sintiendo
que se acortan las distancias físicas. Los negativos, por otro
lado, giran en torno a un uso desmedido de la tecnología y con el mero objetivo
de pasar el tiempo,
desaprovechando los recursos que ofrece y dejando de lado el contacto con otros
seres vivos.
Mensaje: “Una Palabra”
Una palabra cruel puede destruir
una vida.
Una palabra amarga puede crear
odio.
Una palabra brutal puede golpear
y matar.
Una palabra agradable puede
suavizar el camino.
Una palabra alegre puede
iluminar el día.
Una palabra dicha con amor y
cariño puede bendecir.
Una palabra tierna puede
levantar muchas esperanzas.
Una palabra puede darnos mucho y
quitarnos todo.
Una palabra esa es la que tanto necesitamos para abrazarnos.
Y Una palabra es AMOR entre todos los seres del universo.
EL CHISME
ENTORPECE LAS RELACIONES
Las relaciones son el eje de la formación de las persona. En estas relaciones
influye la comunicación llena de respeto entre sus diferentes miembros porque
debemos pensar no solo en el yo, sino en el nosotros y en los que nos rodean.
El chisme divide, destruye y acaba con la fama de las personas sin importar su
condición, edad, clase social, parentesco, etc. causando graves consecuencias
cuando damos cabida a todas las habladurías y murmuraciones.
Por causa del chisme se pierde la confianza, el respeto y se fomenta un clima
de hostilidad, se crean rivalidades y diferencias.
¿QUE ES EL
CHISME?
El chisme es una información que se da sin ninguna objetividad precisa, lleva a
crear conflictos y distanciamiento entre las personas. Lo más grave del chisme
es que no tiene autor conocido, nadie reclama la paternidad de la crítica
calumniosa, éste oscila entre la impunidad.
LEYES DEL CHISME:
Dentro del chisme existen algunas leyes, estas
son:
- Nunca sabes cuánta gente está hablando a tus espaldas.
- No puedes darte cuenta del increíble alcance
de esa manera de información.
- Como el chisme se esparce de amigos a simples relacionados y luego a gente
que ni te conoce, el asunto crece curiosamente, con una calidad gráfica contundente.
Más allá de los hechos surgen impresiones, de lo que todo el mundo supone la
pura verdad.
EL CHISMOSO:
El chismoso es una persona especial, maquiavélica, creativa, ingeniosa, siempre
complementa con su tenebrosa ficción lo que cree y siente; lo que cree que le
hace falta a la realidad o hecho. Todos los conocemos. Ellos tiran la piedra y
esconden la mano. Son fácilmente identificables, huelen a conflictos. Por lo
general su acción comienza con la idea de que ”te voy a contar, pero no me
metas en problemas”.
Los chismosos están en todas partes, tienen la capacidad de esclarecer los más
oscuros misterios, sabe todo de todos.
CLASES DE CHISMOSOS
Generalmente no se encuentran puros, hay
quienes reúnen en su actuar varias clases a la vez. Pero comúnmente, todos
tiran la piedra y esconden la mano.
- El chismoso colador: Es aquel que depura y exprime el suceso hasta dejar lo
más sustancioso, lo chismeable.
- El chismoso elitista: Se ufana de que sólo maneja chismes de los altos
niveles sociales, del poder político, religioso, militar o económico.
- El chismoso David: es capaz de derribar a un gigante con un pequeño chisme
bien colocado.
- El chismoso sofisticado: Aprovecha la reunión social para ejercer el chisme
despiadado.
- El chismoso Chapulín: El que dice los chismes “sin querer diciendo”.
- El chismoso Clásico: Te expone ante las masas, te descuartiza, te enjuicia,
te condena y después se lava las manos.
- El chismoso Yanki: Posee satélites, sistema de espionaje, colaboración a lo largo
y ancho de su entorno social y mucho más allá.
POSIBLES SOLUCIONES
Huir del chisme y los chismosos, no prestar atención, fomentar la confianza,
rechazar amistades que involucren en sus cuentos, respetar la fama de las
personas y tratar de enmendar las faltas cometidas, pueden ser algunos remedios
que si bien no son tan eficientes, algo pueden iluminar nuestro pensar y
actuar.
Lo que sí es de gran eficacia es el diálogo como elemento constructivo que
permite aclarar dudas y devolver la confianza rota por la cizaña que otros han
fomentado malintencionadamente.