La ciudadanía en la antigua Roma: la
tradición jurídica.
La
ciudadanía, para los antiguos romanos, consistía sobre todo en el
reconocimiento legal de algunas personas como miembros de pleno derecho de la
República y, más tarde, del Imperio. Esto significaba que el ciudadano era
aquel que gozaba de la protección
jurídica otorgada por las leyes y las instituciones.
Sin
embargo, el civis latino es distinto
del polités griego: el ciudadano
griego era sobre todo un sujeto activo al
que se le exigían responsabilidades de gobierno, mientras que en Roma se
entendía como un título jurídico que le permitía a la persona reclamar ciertos derechos.
Algunas restricciones de la ciudadanía
en la antigüedad.
Aunque
es importante destacar el papel fundamental que desempeñó la antigua
construcción de ciudadanía sobre la ciudadanía moderna, vale la pena señalar al
menos tres limitaciones que tenían los modelos griego y romano.
Se
trataba de una ciudadanía excluyente,
no inclusiva. Esto significa que eran ciudadanos solamente los varones adultos
que reunían algunos requisitos exigido por las leyes, quedando siempre
excluidos las mujeres, los niños, los extranjeros residentes y los esclavos. En
consecuencia, la inmensa mayoría de la población carecía del estatuto de
ciudadanía.
No había igualdad entre los seres humanos. Solo se
consideraban “libres e iguales” los miembros de la comunidad política que
tuvieran la condición de ciudadanos.
La
condición de ciudadano proporcionaba ciertos derechos de participación
política, pero los derechos individuales
no estaban suficientemente protegidos frente a posibles abusos de las
autoridades.
1.LA CONFIANZA: Este valor conduce a confiar en Dios que se comunica y capacita al hombre para el bien, se manifiesta cuando la persona se siente respetada, comprendida, alentada y acogida en el ámbito de una relación de diálogo y respeto.
La vivencia de este valor conduce a acercarse a Dios y a ganarse la aceptación de los otros como a esperar lo mejor de los demás.
2.EL RESPETO: Este valor es la consideración, deferencia o miramiento que se debe a una persona y lleva a reconocer los derechos y la dignidad de las personas.
Es la primera condición para saber vivir y poner las bases para una auténtica convivencia.
3.LA RESPONSABILIDAD: Este valor le permite al ser humano explicar y responder por los actos que ha realizado libremente. Igualmente implica cumplir a cabalidad los propios deberes.
4.LA SOLIDARIDAD: Este valor comprende a la persona con las dificultades y problemas de los demás, buscando la manera de cooperar. Implica generosidad y se asume voluntariamente.
5.EL SERVICIO: Este valor lleva a los integrantes de la comunidad Claveriana a buscar la manera de ser útil en todo momento a otras personas en la familia, en el colegio y en la sociedad.
Es necesario aclarar que hay otros valores a nivel institucional que fortalecen y proyectan estos valores como: La autoestima, la justicia, la autoridad, la amistad, la escucha, la generosidad, la inquietud intelectual.
Actividad a realizar: en Educaplay generar un crucigrama con los valores del seminario empleando ejemplos, no definiciones.
Como
buen judío, Jesús cumple la Ley de Moisés, en ningún momento pretende abolirla
sino que, en sus propias palabras, pretende llevarla hasta sus últimas
consecuencias. La novedad de Jesús está en resumir toda la Ley y los profetas
en el mandamiento del amor a Dios y al prójimo.
Jesús
recogió los diez mandamientos, pero manifestó la fuerza del Espíritu operante
ya en su letra. Predicó la justicia que sobrepasa la de los escribas y
fariseos, así como la de los paganos.
La
ley desligada del amor al prójimo había degenerado en un legalismo de cientos
de normas que difícilmente se podían cumplir. Ante el legalismo farisaico Jesús
contrapone la ley del amor como criterio máximo desde el cual realizar las
prácticas morales y religiosas.
Jesús,
colocándose una toalla a la cintura, empezó a lavarles los pies a sus
discípulos. De esta forma comienza Juan el episodio del lavatorio de los pies.
Una acción simbólica que condensa toda la enseñanza ética de Jesús: los
cristianos han de ponerse al servicio de los hermanos, lavar los pies de la
humanidad. El servicio, por tanto, es un deber ético y religioso que tiene su
origen en la forma de vida de Jesús, una vida entregada a los demás.
Jesús dedicó su vida a
servir, vivió siempre para los demás y se entregó totalmente al servicio de los
necesitados. Esta actitud es el modelo que todos debemos seguir, pues seremos
personas auténticas sólo en la medida en que sepamos servir y ser útiles al
prójimo. En la medida en que saquemos el egoísmo y dejemos sitio en el corazón
para todo el que necesita de nosotros. Sólo personas con una verdadera actitud
de servicio serán capaces de construir un nuevo mundo de hermanos.
Ser parte de una comunidad va más allá de la presencia en dicha comunidad o ser inscrito en la misma. Ser parte de ella implica un sentido de pertenencia y compromiso hacia el grupo o comunidad al que pertenezco. El sentido de pertenencia puede entender como la apropiación comunitaria que cada uno de los miembros posee gracias a la conexión que se logra con los objetivos e intereses que le son propios a la comunidad porque han sido creados por sus participantes o porque han sido adoptados por las personas que ingresan a determinado grupo o comunidad.
El compromiso es una consecuencia del sentido de pertenencia porque en la medida en que ame o estime a la comunidad a la que pertenezco, más la cuido en todos los sentidos.
Podemos hablar de las distintas formas en que se muestra nuestra comunidad educativa del Seminario San Pedro Claver. Una de ellas se ha formado con el paso del tiempo en el caso del edificio mismo y toda su estructura que guarda historias, anécdotas, aciertos, fracasos, grandes y pequeños momentos han hecho un legado histórico, el cual ha dado un prestigio a la institución y ha dado un gran valor agregado a quienes han pertenecido a ella con el paso del tiempo, se ha formado un cariño especial. Sin embargo, la misma institución se vuelve poco cuando no hay presencia de personas que la integran. Puede haber un espacio físico con mucha belleza, pero si no hay personas que la habiten es un espacio sin sentido.
Por otro lado, existe la institución o comunidad educativa de manera remota, gracias a la situación actual que estamos viviendo por la pandemia mundial. ¿El seminario dejó de existir? No. ¿Las clases terminaron? No. ¿Las relaciones humanas se acabaron? No. Entonces, ¿qué queda? La respuesta es: Las personas. Gracias a las personas los espacios físicos, o en este caso, los espacios virtuales tienen sentido. Sin las personas no hay institución, sin las personas no hay historias, sin las personas no hay qué contar.
Estamos en un ambiente diferente que debemos aprovechar al máximo, sin perder de vista nuestra capacidad de apertura y de relacionarnos con los demás. Cada espacio frente al dispositivo que tenemos de encuentro debe ser aprovechado al máximo para ver, hablar y escuchar a las otras personas. Aunque no salgamos debemos evitar encerrar nuestra vida.
Es súmamente importante que aprendamos a conservar las relaciones interpersonales con nuestros docentes y compañeros. Es importante que, de ninguna manera dejemos de lado que existen personas, además de los docentes y estudiantes que hacen parte importante de nuestro proceso de aprendizaje académico y humano.
Manifestaciones de afecto en mi comunidad educativa.
Los seres humanos no somos indiferentes al medio ambiente en que vivimos, sino que el clima, los paisajes, los animales, las plantas, los objetivos y el resto de las personas, despiertan en nosotros emociones o sentimientos diferentes, como son: amor, alegría, admiración, placer, aburrimiento, ira, odio, miedo, tristeza, venganza, dolor.
Es importante que aprendamos a controlar nuestras emociones, porque de esta manera seremos capaces de relacionarnos mejor con nuestros semejantes; pero esto no quiere decir que dejemos de manifestar nuestros sentimientos.
Las concepciones machistas han difundido algunas normas, según las cuales, a los varones no les está permitido manifestar emociones tales como: el dolor, el llanto, el miedo y hasta el amor. Un niño, por ejemplo, supuestamente está obligado a soportar el dolor sin gritar ni llorar, o tiene que reprimir el miedo ante algo que lo asusta, o evitar manifestaciones de cariño hacia otras personas de su mismo sexo, etc.
No existe razón para impedir que nuestras emociones sean conocidas por los demás, por el contrario, esto puede dáñanos psicológicamente y privarnos del apoyo de otras personas.
Si alguien nos ofende, una reacción descontrolada sería agredirle. La persona que es capaz de dominarse, exige respeto, sin necesidad de perder su compostura.
Tomando en consideración la importancia que tiene la necesidad de amor en el ser humano, es conveniente que aprendamos a manifestar el afecto que sentimos hacia los demás. Reprimir el amor es convertirnos en personas secas, carentes de afectividad.
Cuando una persona no logra realizar sus aspiraciones, sufre una frustración o insatisfacción por el fracaso, lo cual suele producir, en algunas personas, tristeza, ira o cualquier otra emoción negativa. Algunas personas que carecen de control emocional, cuando se frustran, reaccionan tan violentamente que pueden llegar a agredir a otros, llegando a ser, en casos extremos, un peligro para la sociedad.
A través de la educación basada en la formación de valores éticos, es posible alcanzar el equilibrio necesario para no dejarnos dominar por las emociones.
El afecto que expresamos y recibimos no se da solo en la familia, también en la institución educativa encontramos manifestaciones entre quienes la conforman. Para un joven como tú, el colegio es un espacio interesante, que atrae con mucha frecuencia, no tanto por ser un centro de formación sino porque es el lugar privilegiado de socialización en el que nos sentimos a gusto en medio de compañeros, amigos, maestros, padres y demás personas que comparten este mismo espacio.
En el colegio compartimos juegos, diversiones, conversaciones, que hacen de la vida juvenil algo maravilloso. De nuestros compañeros y compañeras, recibimos afecto, apoyo, respaldo y en algunas ocasiones nos guardan la espalda ante las travesuras que hacemos. Todo esto hace que el ambiente escolar resulte agradable.
También directivas y maestros recibimos afecto. Este lo sentimos cuando nos vemos estimulados, cuando nos tienen en cuenta para tomar decisiones y cuando vemos que nuestra opinión cuenta porque nos tienen confianza.
El ambiente de la comunidad educativa se hace agradable cuando hay ayuda mutua, alegría, y lucha conjunta por el bienestar de todos.
Así como yo recibo afecto de los demás, también estoy llamado a brindarlo a quienes me rodean, es decir, que soy igualmente responsable de crear un clima de armonía estudiantil.
El concepto de comunidad educativa
puede ser entendido de diferentes maneras. Inicialmente podríamos decir que no
es la simple suma de padres (madres), estudiantes y profesores que hacen parte
de una misma institución escolar. Pensamos que por el solo hecho de ser
decretada o formulada por la ley no existe la comunidad educativa. Para
nosotros ésta no es algo dado sino algo por construir.
Tampoco ella se reduce a unas
relaciones centradas alrededor de la escuela como institución. La comunidad
educativa puede incluir a varios niveles del sistema educativo y abarcar a
otras esferas no institucionales de la sociedad.
Freddy Salazar lo plantea así:
“Actualmente se llama comunidad educativa al conjunto de la familia, la
escuela, la sociedad y los medios de comunicación, rompiendo con la idea de
confinar la educación únicamente al ámbito de la escuela como era costumbre en
nuestro medio (…) Ello quiere decir que tienen objetivos comunes en el proceso
educativo y que sus acciones específicas son complementarias" (Salazar,
1997; 52).
La idea de que estas agencias
socializadoras-educadoras tienen un objetivo común es bastante discutible, hay
contradicciones y diferencias importantes y posibles complementaciones, pero
esto es una posibilidad por desarrollar.
Podemos decir que la forma como se conciba la
comunidad educativa, la forma como se impulse su construcción o desarrollo
depende de la concepción pedagógica de la que se parta. Algunas concepciones
pedagógicas, por ejemplo, han formulado el reto de relacionar la escuela con el
entorno de una manera activa, mientras que otras posiciones pedagógicas han
propiciado el aislamiento de la escuela con el medio circundante.
El
concepto de comunidad educativa en las prácticas educativas ha estado
relacionado con los siguientes asuntos:
ØCreación
de una comunidad dentro del colegio o escuela, lo que supone una fuerte
democratización de las relaciones entre profesores, entre profesores y alumnos,
y entre profesores, directivos y padres y madres de familia (la que se podría
denominar como comunidad escolar).
ØParticipación
de la comunidad externa en la escuela, que puede ser la comunidad local, o de
los padres y madres a varios niveles; en las actividades propiamente educativas
o curriculares, en el gobierno escolar a través de los consejos escolares donde
deberían decidirse elementos importantes de las propuestas educativas del
centro, o en actividades extra-escolares.
ØOrganización
de la institución escolar como centro comunitario, como la proyección social
del centro en la comunidad, ya sea ofreciendo una serie de servicios
comunitarios en el mismo centro (biblioteca, instalaciones deportivas, salas
culturales, programas de formación) o realizando acciones directamente en el
entorno.
ØEnriquecimiento
de las actividades educativas del centro con recursos del entorno, construyendo
elementos del currículo a partir de acciones con la comunidad-entorno, o temas
e intereses de dicha comunidad.
Uno
de los conceptos más importantes que ha venido desarrollando el ser humano a lo
largo del tiempo es el de ciudadanía.
En general, ciudadano es el término
que se utiliza para nombrar a todos los sujetos que poseen determinados derechos y deberes como miembros de una comunidad
a la que pertenecen.
El
concepto moderno de ciudadanía está
estrechamente relacionado con el de democracia,
pues supone una cierta igualdad de
derechos y deberes entre todos los miembros de la sociedad y porque les otorga participación en las decisiones
políticas que afectan a todos. Esto quiere decir que, al ser considerado
ciudadano de una sociedad determinada, el individuo no solo goza de ciertos beneficios sino también que adquiere
unas responsabilidades frente a la
comunidad de la que hace parte.
La
noción de ciudadanía ha sido
modificada por los esfuerzos que han hecho los individuos a lo largo de la
historia, pero la filosofía también ha tenido un papel activo en la
transformación de su concepción y significado.
EL CONCEPTO DE CIUDADANÍA
Origen del concepto
El
término ciudadanos proviene del latín
civis, palabra que comparte la misma
raíz que civitas (“ciudad”). En el derecho romano, el término civis se utilizaba únicamente para
denominar a los miembros de la comunidad que cumplían con ciertos requisitos, como ser varón, no esclavo,
mayor de edad, nacido de padres romanos, etc. Todos los demás miembros de la
población, es decir, las mujeres, los esclavos, los extranjeros, etc., no eran
considerados ciudadanos y, entonces, tenían menos derechos que aquellos.
Anteriormente,
en la Grecia clásica de los siglos V y VI a. C., se utilizó el término polités para referirse al ciudadano:
aquel miembro de la comunidad política que reunía los mismos requisitos que
acabamos de mencionar. Sin embargo, en algunas ciudades griegas, los ciudadanos
llegaron a tener un gran protagonismo porque podían participar activamente en
el gobierno de la polis, de la
ciudad-Estado, a través de la democracia.
Tanto
en Grecia como en Roma, el ciudadano era alguien dotado de un conjunto de derechos y deberes, con independencia de su nivel económico, y se destacaba
especialmente el deber de defender a la
ciudad empuñando las armas, si era necesario.
La ciudadanía en la democracia griega:
la tradición política
En
la Grecia antigua, cada ciudad o polis era
un pequeño Estado autónomo o independiente y autárquico, es decir, que
procuraba ser económicamente autosuficiente.
En el caso de la antigua democracia griega, ser ciudadano significa sobre todo participar activamente en la política,
en las tareas de gobierno de la polis.
El
ciudadano, sin importar su condición económica, tenía la responsabilidad de
asistir a la Asamblea y participar en los debates públicos sobre los problemas
de la ciudad. Se celebraban unas cuarenta reuniones al año en el ágora, un espacio público que, en el
caso de Atenas, estaba preparado para albergar unas dieciocho mil personas,
aunque rara vez se consiguió una asistencia tan numerosa. La mayor parte de los
cargos públicos, que se ejercían durante un período de un año, se asignaban
mediante sorteo. Además, para estimular la participación de los ciudadanos
pobres, se establecieron diversos incentivos económicos con los que se pagaba,
con cargo al erario público, la asistencia a la Asamblea y el desempeño de los
cargos. La edad mínima para ser admitido como ciudadano estaba fijada en
treinta años.
Durante la época
clásica, ser ciudadano significaba ocuparse de las cuestiones públicas y
hacerlo mediante la deliberación, es
decir, mediante una discusión abierta en la que se intercambian argumentos,
razones y opiniones hasta alcanzar juntos un acuerdo acerca de lo que conviene
hacer en cada caso. Este procedimiento se completaba con la votación como último recurso, después
de haber deliberado juntos un tiempo suficiente. Tres principios regían la
participación en la Asamblea.
Koinonía
o cooperación para alcanzar el bien común.
Isegoría
o igualdad de palabra
Isonomía o igualdad ante la ley
Todo ciudadano tenía
los mismos derechos básicos que cualquier otro.
Todo
ciudadano tenía el mismo derecho que cualquier otro a hacer uso de la palabra
y expresar su opinión ante la Asamblea.
Se
distinguía claramente entre lo particular (idión) y lo común (koinon),
y se entendía que el ciudadano que solo atendía a lo propio era un idiota en el sentido original de este
término: el que solo mira su propio interés, olvidando el bien común.
Todo hombre ha
nacido para buscar insaciablemente la verdad de lo que cree verdadero y
auténtico. Esa verdad viene a ser como un puente entre la realidad y su
peculiar modo de pensar.
A la persona veraz
le interesa ser fiel a su alianza con la verdad; sabe bien que hay verdades que
valen la vida y que la verdad es fuente de sabiduría.
Comunitariamente la
verdad está presente en la comunicación interpersonal, indispensable para que
haya vida común y se construya a partir de un dar y recibir. Si bien es cierto
que éste es el ideal, existen dificultades como la ignorancia, la inmadurez, la
opresión, la manipulación, la rutina, los intereses personales y el engaño
entre otros que oscurecen la práctica de la verdad como virtud.
Para que haya
entonces una verdadera comunicación se requiere claridad, veracidad,
transparencia, sinceridad, respeto y confianza.
En este sentido son
de vital importancia las anteriores actitudes para la construcción de una
comunidad educativa transmisora de la verdad y buscadora de esa verdad.
EXIGENCIAS DE LA VERDAD
La verdad varía de
acuerdo con el contexto y de una persona a otra, en las circunstancias en que
se encuentren. Esta se hace un imperativo para quien tiene una conciencia moral
muy alta o nada y poquedad para quien mentir se convierte en un hábito o
costumbre.
Decir la verdad
implica buscar, pensar, decir y obrar conforme a lo que es cierto, es decir que
en lo práctico, la verdad es sujeta a la razón, a los actos y a las palabras;
en este sentido se puede hablar de coherencia.
La coherencia es la
relación cierta y práctica que existe entre lo que se hace y lo que se piensa,
porque muchas veces en el diario acontecer se piensa algo y se hace lo
contrario, cuando así ocurre, decimos que la persona quien realiza un acto
humano es incoherente.
2. DIFICULTAD Y FRACASO EN LAS RELACIONES
INTERPERSONALES.
En una comunidad
educativa, los fracasos en las relaciones interpersonales ocurren con
frecuencia cuando hay diferencias de opiniones, de gustos, de exigencias,
cuando no se cumplen las normas establecidas, cuando no hay diálogo, y cada
quien defiende sus propias ideas y cuando hay enfrentamientos verbales. Se dan conflictos
por la competición, por el deseo de quedar bien ante los demás, la exagerada
libertad personal, las emociones intensas, y permanentes conflictos causados
por las dificultades en el hogar o en la sociedad que rodea al joven. Las
palabras pueden herir a las personas y causar graves daños si no hay una
actitud madura y abierta a la solución del conflicto. Por eso ten presente que:
Mensaje: “Una Palabra”
Una palabra cruel puede destruir una vida.
Una palabra amarga puede crear odio.
Una palabra brutal puede golpear y matar.
Una palabra agradable puede suavizar el camino.
Una palabra alegre puede iluminar el día.
Una palabra dicha con amor y cariño puede
bendecir.
Una palabra tierna puede levantar muchas
esperanzas.
Una palabra puede darnos mucho y quitarnos
todo.
Una palabra esa es
la que tanto necesitamos para abrazarnos.
Y Una palabra es
AMOR entre todos los seres del universo.
“El Liderazgo
es tener la responsabilidad de tomar las decisiones acertadas, en el momento
oportuno, trasmitirlas con estimulo, consiguiendo el apoyo del entorno laboral
logrando su compromiso en el proceso, alcanzando así los objetivos
específicos”.
Se entiende por Líder; a la persona capaz de inspirar y guiar a individuos o
grupos, constituyéndose en un modelo a seguir, a través del positivismo, la
sencillez, la veracidad, la comunicación, los códigos o principios, etc. que en
el conjunto se traduce en carisma.
“Líder es aquel que no solo sueña, sino que hace sus sueños realidad”
Podríamos evaluar tres tipos de liderazgo o
formas de autoridad:
Autócrata:se define un líder como autócrata cuando se
hace cargo de toda la responsabilidad, lo cual reúne a la iniciativa de
acciones, dirección, motivación y control, desprendiéndose de ello la
posibilidad de la auto-competencia en la cual el líder considera que él es el
único capacitado para la toma de decisiones, adoptando una posición de fuerza y control por encima de sus
subordinados, exigiendo obediencia a los mismos.
Participativo: Es cuando el liderazgo permite a través de
la consulta la opinión, abriéndose a la contribución de los subalternos,
buscando la eficacia desde todos los ángulos posibles, para el logro de los
objetivos, sin dejar de marcar las directrices, ni delegar decisiones finales.
En este nivel de liderazgo, se adopta una
postura estimuladora de las capacidades individuales, induciendo a la
responsabilidad, control e integración, donde el líder no se impone
autoritariamente, pero nunca deja de
marcar el camino a seguir.
Liberal: En este tipo de liderazgo, se basa en delegar autoridad
para la toma de decisiones, lo que conlleva a un compromiso mayor de los
subalternos ya que su responsabilidad se incrementa por tener que auto
motivarse y controlarse, sin perder la
guía preestablecida por el líder, quien espera resultados, dejando hacer
sin dar mucho apoyo.
Los resultados positivos en este tipo de
liderazgo, solo son posibles cuando
existe mucha capacidad en los integrantes del equipo, de lo contrario no
sería viable.
Estas tipologías resumen a muchas variantes y
es interesante tener presentes ciertos dichos que hacen referencia a este tema,
como por ejemplo:
"El liderazgo por medio de la fuerza, no
es otra cosa que carencia del mismo”
"No pongas a las personas en tu lugar:
ponte tú en el lugar de las personas".
Se necesitan los siguientes aspectos para
llegar a ser líder:
Dominio
del contexto:
No podemos funcionar sin líderes. La
capacidad de nuestra vida depende de la calidad de nuestros líderes.
Hay tres razones básicas por las cuales los
líderes son importantes:
1.Ellos son responsables de la eficiencia de la organización.
2.Los cambios y trastornos de los últimos años no nos han dejado lugar
donde escondernos. Necesitamos un propósito guía. Los líderes llenan ese vacío.
3.Existe una gran preocupación nacional sobre la integridad de nuestras
instituciones.
El carácter es tan importante para un líder
como la energía y la competencia. Escuchar la voz interior - confiar en la voz
interior - es una de las más importantes lecciones del liderazgo.
Comprensión
de lo básico:
Los líderes se dan de todo tamaño, forma y
disposición. Sin embargo todos parecen compartir algunos de los siguientes
ingredientes:
Visión
ganadora.
El líder tiene una clara idea de lo que quiere hacer.
La
pasión.
El líder ama lo que hace y le encanta hacerlo.
La
integridad.
Tiene tres partes esenciales: conocimiento de sí mismo, sinceridad y madurez.
La integridad es la base de la confianza.
La
curiosidad y audacia.
El líder se interesa por todo, quiere aprender todo lo que pueda, está
dispuesto a arriesgarse, a experimentar, a ensayar cosas nuevas.
Para convertirse en líder uno necesita
convertirse en uno mismo, ser creador de su propia vida.
Hay
que conocerse a sí mismo:
Muchas veces he pensado que la mejor manera
de definir el carácter de un hombre sería buscar aquel estado de ánimo mental o
moral con el cual, lo experimenta, se siente más profunda e intensamente activo
y vivo. En tales momentos se oye una voz interior que dice: "Este es mi
verdadero yo" William James
Hay que
conocerse a sí mismo. Para ello las lecciones básicas, son estas:
ØUsted mismo es su
mejor maestro.
ØAcepte
responsabilidad. No culpe a nadie.
ØUsted puede aprender
cualquier cosa que pueda aprender.
ØLa verdadera
comprensión proviene de reflexionar sobre su experiencia.
ØConciencia de sí mismo = autoconocimiento = autoposesión
= autodominio = autoexpresión. Uno hace suya su vida entendiéndola.
Hay
que conocer al mundo:
Es claro que para ser un verdadero líder se
tiene que conocer al mundo como a sí mismo. Diversas experiencias son
especialmente significativas para aprender. Sus componentes principales son:
Anticipación: Ser activo e
imaginativo en vez de pasivo y seguir los hábitos.
Aprender escuchando a los
demás.
Participación: Moldear los
acontecimientos, en lugar de dejarse moldear por ellos.
Llenando
vacíos.
La importancia de la calidad de la educación se refleja en el trabajo que
vayamos a desempeñar, sin embargo de que nos sirven todos esos títulos si no
tenemos la capacidad de leer, de relacionarnos con la cultura literaria, somos
capaces de generar mucho dinero con nuestra área de trabajo, pero también es
esencial aprender de la lectura, del pensamiento.
La experiencia
instructiva.
Viajar es otra forma de aprender. Al tener contacto con otras culturas, de los
distintos ritmos de vivencia, de los diferentes ritos, nosotros aprendemos,
experimentamos otras situaciones que en nuestro ambiente podrían parecer que es
simple sin embargo se complican y aprendemos de ello porque tenemos que
esforzarnos por salir adelante.
Amigos
y mentores.
Es importante para cualquier líder estar acompañado de un buen amigo, o de una
persona a la que tomemos como modelo o le admiremos, que nos aliente, o por
medio del conocimiento de sus obras nos dé una pista del camino que podemos
seguir.
Aprendiendo
de la adversidad.
No solo teniendo éxito hay crecimiento, sino que de los errores cometidos se
aprende.
Tomando riesgos y lo más difícil tomar
decisiones para lo que tal vez tengamos éxito, el que no arriesga no gana.
Hay que escuchar esa voz interior que nos
dice "esto va a resultar".
Actuar
por instinto
Tenemos que pensar instintivamente, pensar
con todo el cerebro, con los dos hemisferios el derecho (intuición, conceptual,
artístico) el izquierdo (los hábitos). Tenemos que ser independientes y contar
con carácter, imaginación, perseverancia y firmeza.
Los líderes han demostrado la eficacia de la
confianza en sí mismo, la visión, la virtud, el valor y la fe en el impulso
bendito.
Todo les ha dejado alguna esperanza, pero han
aprendido más de la experiencia, y más aún de la adversidad y de las
equivocaciones, y han aprendido a dirigir riendo.
Lo importante no es de convertirse en líder;
lo importante es de convertirse uno en uno mismo, utilizarse totalmente -
utilizar todos los dones, todas las energías - para poner en manifiesto su
visión.
En suma uno tiene que llegar a la persona que
se propuso ser, y gozar el proceso de llegar a esa meta.
Dejar
de surgir él yo:
“Dejar surgir él yo" es la tarea
esencial de los líderes.
Muchas veces sentimos miedo al enfrentar algo
nuevo y este es superior a nuestra confianza de nuestra capacidad para hacer
las cosas y no nos deja actuar.
Uno tiene tres caminos:
FDejarse dominar del
miedo y perder la oportunidad.
FTratar de analizar
objetivamente nuestros temores.
FReflexionar sobre la
experiencia original en una forma concreta.
Reflexión
y resolución.
La reflexión es uno de los principales medios que tienen los líderes de
aprender del pasado. La reflexión puede ser la forma básica de aprender.
Considérese algunas formas de reflexionar: mirar retrospectivamente, pensar en
lo pasado, soñar, llevar un diario, etc.
En la vida hemos tenido que resolver
conflictos, porque siendo seres sociables, estamos siempre en compañía. La
necesidad de resolver problemas prácticos nos ha llevado a buscar acuerdos
sobre nuestros derechos y deberes como miembros de la sociedad o de un grupo
humano.
Hay por tanto derechos y deberes que son
universales, algunos han sido compendiados en escritos, por ejemplo en 1948, la
ONU, con cincuenta y un países representantes, aprobó la carta internacional de
los derechos humanos.
Existen también nuestros derechos y deberes
institucionales, los derechos de familia, los del niño, los del anciano y los
que tenemos en nuestras instituciones negativas.
¿Quién
otorga al ser humano estos derechos?
Dios es la fuente de nuestros derechos. Del
derecho natural,universal e inviolable
de la vida se desprenden los demás derechos fundamentales. Como se trata de
derechos humanos, el responsable de cumplirlos es el mismo ser humano, es
decir, los hombres y las mujeres.
No solamente al matar o desaparecer, torturar
y atropellar a otros se violan los derechos. También los hay en las familias,
con el maltrato a los hijos, la agresión de esposos, las injusticias con
empleados, ancianos o estudiantes. (CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA. Hacia
una cultura de la vida.)
El
estado social de derecho.
Los derechos son defendidos por las
autoridades, ya que es un deber u obligación del estado. Es la obligación que
el estado tiene de respetar las leyes establecidas de la Constitución. Por
tanto no puede desconocer los derechos fundamentales de la persona.
Mediante la acción de tutela, los colombianos
hacen respetar sus derechos. La Constitución Política Colombiana reza así:
“Toda persona tendrá acción de Tutela para
reclamar ante los jueces, en todo momento y lugar, mediante un procedimiento
preferente u sumario, por sí misma o por quien actúe en su nombre, la
protección inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales, cuando
quiera que éstos resulten vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de
cualquier autoridad pública” Art. 86
Un
deber:
Es un motivo que hace necesaria una acción que debe sucederse y que está
reglamentada por una ley. Es una obligación para el sujeto obrar de acuerdo a
esa ley. Los deberes y derechos están ligados a la ética.
Los
derechos y deberes en el colegio
Para garantizar el adecuado orden
institucional los deberes y derechos de los diferentes órganos de la comunidad
educativa, se encuentran condensados en el Manual de Convivencia, que como su
nombre lo indica, busca una sana convivencia entre sus miembros.
En el Manual de Convivencia, son sujetos de
derechos y deberes todos los que hacen parte de la comunidad Educativa.
Todo derecho se fundamenta en una ley mayor:
El manual de convivencia se fundamenta en la ley 115, en el decreto 1860 y en
la Constitución Política de Colombia y en consecuencia en los derechos humanos.
Los
deberes en el colegio
Se refieren a las obligaciones que
estudiantes, docentes, padres de familia, trabajadores de servicios generales
tienen para con la institución y sus diferentes miembros entre sí.
Los deberes pueden ser exigidos por las
autoridades educativas a sus miembros, en tanto que los derechos pueden ser
reclamados por toda persona que esté segura de que le han sido vulnerados,
mediante algún mecanismo legal establecido para tal fin.
La práctica de los deberes está íntimamente
ligada con principios éticos que ayudan a la persona a madurar en su
crecimiento humano, moral y social por tanto, nos ayudan a fortalecer nuestros
valores.
Los derechos suponen los deberes y están
fundamentados en los valores humanos. Cada uno de éstos tiene sus exigencias:
üSolidaridad apoyando todo lo que favorezca el bienestar
de la Comunidad Educativa.
üLa fraternidad acompañada con gestos y actitudes de
servicio, generosidad, gratitud, respeto y diálogo con todos los miembros de la
Institución.
üEl respeto hacia la persona y sus opiniones.
üLa veracidad en todo momento y circunstancia evitando
caer en la falsedad y la mentira.
üLa responsabilidad en el cumplimiento del deber y los
compromisos adquiridos.
üLa honestidad y la honradez, luchando por no
caer en la corrupción.