Posee la capacidad para comprender qué es sociedad y su influencia en
el campo de la política.
Observa en el recorrido histórico la evolución de la idea aristotélica
de sociedad y gobierno.
Comprende los modelos políticos asimilados por filósofos modernos. |
Política y sociedad
Los seres humanos
nos organizamos en sociedad, pero también tenemos unos intereses individuales
concretos. Por eso hemos creado una serie de normas y leyes que nos permiten
vivir en comunidad sin que nuestros propósitos personales entren en conflicto
con los de los demás.
En la mayoría de
las sociedades existen individuos que, regidos por unos determinados
parámetros, tienen la capacidad de exigir el adecuado cumplimiento de esas normas
a los demás miembros. Eso significa que en la mayoría de comunidades humanas se
establece una relación de poder entre los gobernantes y los gobernados.
Sin embargo, existen diferentes maneras de organización social, así como cada comunidad establece unas normas particulares que regulen la relación entre los ciudadanos. Por eso el tipo de relación existente entre gobernantes y gobernados varía dependiendo de cada una de esas comunidades. La filosofía se encarga, por una parte, de reflexionar en torno a las distintas formas de organización social, tratando de discernir cuál es la mejor de ellas. Por otra parte, se pregunta por el origen y el fundamento de la vida social y también por la legitimidad de esa institución que llamamos Estado.
El origen del poder político
El origen es una cuestión de historia, como cuando hablamos del origen del fútbol y averiguamos cuáles fueron los primeros equipos, los primeros campeones, etc. Preguntarse por el origen del poder político equivale a investigar cómo, cuándo y por qué surgieron las primeras comunidades humanas en las que hubo una clara división entre gobernantes y gobernados. Probablemente esa investigación nos llevaría a darnos cuenta de que el poder político existe en la mayor parte de las sociedades desde tiempos muy remotos. Y que, en muchos casos todo empezó cuando un grupo social logró imponer violentamente su voluntad sobre el conjunto de la sociedad para fundar una comunidad politica que previamente no existía. El filósofo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900) argumentó que ese origen violento de cualquier reino es la clave para entender la realidad política porque, en su opinión, el afán de dominio de unos sobre otros es la raíz misma del poder político.
La legitimidad del poder político
En cambio, la cuestión de la legitimidad del poder político nos lleva a plantearnos una pregunta muy diferente a la del origen: independientemente de cuál haya sido el origen histórico de un fenómeno, cabe preguntarse si tal fenómeno es positivo o negativo, si merece la pena mantenerlo y mejorarlo o no. Siguiendo con el ejemplo del fútbol, sea cual sea el origen histórico de este deporte preguntarnos por su legitimidad significa averiguar si se trata de una actividad sana, agradable y beneficiosa o, por el contrario, si se trata de algo perjudicial y que debiera desaparecer.
La pregunta por la legitimidad del poder político nos lleva a plantearnos si ese tipo de poder debe existir o no. Si está justificado que exista, o si más bien debería desaparecer. La mayor parte de los filósofos han argumentado que el poder político es necesario para que funcione cualquier sociedad. Tanto más necesario cuanto más numerosa sea la población. Pero no todo poder político es legítimo, del mismo modo que no toda forma de jugar al fútbol es correcta. En ambos casos necesitamos criterios para distinguir lo legítimo de lo que no lo es. Por ejemplo, según el filósofo inglés John Locke (1630-1704), el criterio de legitimidad del poder político es que cumpla bien su función, que es la de hacer justicia entre los ciudadanos cuando alguno de ellos ha dañado a otro, porque se supone que todos ellos han renunciado por igual a tomarse la justicia por su mano.
Existen cuatro posibilidades de combinación entre ambos
conceptos:
1.
Origen
positivo y legitimidad positiva. |
2. Origen negativo y legitimidad negativa. |
3. Origen negativo y legitimidad positiva. |
4.
Origen positivo y legitimidad negativa. |
¤ La primera posibilidad es que una
institución tenga un origen que consideramos bueno y al mismo tiempo la
consideremos legítima. Podría ser el caso de muchas instituciones como la
familia, el comercio, el arte, la religión, la ciencia, etc. En este tipo de
casos podemos cuestionar la legitimidad de algunas situaciones concretas de
abusos y malas prácticas, pero raras veces se pone en cuestión la institución
como tal.
¤ La segunda posibilidad es que haya instituciones que tuvieron un origen en el abuso y la violencia y tampoco son legítimas según los criterios habituales de legitimidad. Puede ser el caso de instituciones como la esclavitud, la servidumbre, las mafias, las organizaciones inquisitoriales, los regímenes racistas, etc. Estos casos muestran que hay instituciones que ya desde su origen fueron criticadas y rechaza das por su injusticia y, posteriormente, tampoco hemos encontrado buenas razones para considerarlas éticamente legitimas.
¤ En tercer lugar, puede darse el caso de que una institución tenga un origen histórico violento y lleno de abusos, y sin embargo haya razones para considerar que esa institución es legítima bajo ciertas condiciones. Por ejemplo, el origen histórico de la propiedad privada de terrenos está lleno de casos en los que los más fuertes se quedaron con grandes extensiones a costa de los más débiles. Sin embargo, hoy podemos aceptar, como regla general, que la posesión de terrenos es una institución legítima, con tal de que se cumplan ciertas condiciones que han fijado las leyes para preservar el bien común.
¤ Por último, también puede darse el caso
contrario. Una determinada institución pudo tener un origen éticamente
impecable y, sin embargo, ese origen no es por sí mismo una garantía de que la
institución sea legítima. Por ejemplo, algunas fiestas populares en la se
ingiere alcohol en exceso pueden tener un origen muy positivo, como
celebraciones locales de prosperidad y como una de las escasas ocasiones de
diversión que tenían las personas en otros tiempos, pero es muy dudosa su
legitimidad en la actualidad.
Dos aspectos de
cualquier institución |
|
Origen |
Legitimidad |
Responde a la pregunta ¿Cómo surgió? |
Responde a la pregunta ¿hay buenas razones para aceptar su
existencia? |
Es una cuestión “de hecho”. |
Es una cuestión “de derecho”. |
Su estudio corresponde a la historia. |
Su estudio corresponde a la filosofía. |
Se puede investigar con independencia de la legitimidad. |
Se puede establecer con independencia de cuál fuese su
origen. |
Origen del
Estado según Nietzsche Una horda cualquiera de rubios animales de presa, una raza
de conquistadores y señores que, organizados para la guerra, y dotados de la
fuerza de organizar, coloca sin escrúpulo alguno sus terribles zarpas sobre
una población. Friedrich Nietzsche, Genealogía de la
moral. |
Lo que legitima
al Estado según Locke Siempre que cierto número de hombres se une en sociedad
renunciando cada uno de ellos al poder de ejecutar la ley natural, cediéndolo
a la comunidad, entonces y solo entonces se constituye una sociedad política
o civil. John Locke, Ensayo sobre el
gobierno civil. |
Información tomada del libro Filosofía
1, editorial Santillana.
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